viernes, 20 de septiembre de 2013

Julio Demonio - Las mejores mentiras



Yo sé que tú mientes. Lo sé
Porque nadie cuenta la verdad
Y aunque vayas mostrando por fuera la gloria
Tú tiemblas como los demás

Disimulas tener el control
De tu vida golpeando un bastón
Pero sé que por dentro de ti se estremecen los mares de tu corazón
Y que suben y estallan los fuegos más artificiales de tu mal humor

Ves la vida desde un trampolín
Tienes miedo y quisieras saltar
Tú prefieres que el muelle se rompa, se doblen las tuercas antes de bajar

Me llamaste sanguijuela por lo menos cuatro veces
En aquella marquesina solitaria de la esquina
Hoy vas fresca por ser primavera y en un bar nos pedimos cerveza
Y me enseñas las piernas y te acercas unos centímetros más

Tu deseo de ser especial
Es en ti una contrariedad
Por un lado te sientes tan débil, por otro, una chica algo espectacular

Pero vives como los demás
En un mundo que no es de verdad
Vas guardando cincuenta mentiras al fondo del viejo cajón de tu vida
Atrapada en mañanas de vértigo o simplemente tratando de huir
Del montón de patrañas que habitan en cada rincón de tu imaginación

jueves, 5 de septiembre de 2013

Giovanni Guareschi

"Todos los abuelos tienen proyectos para los nietos. Tras haber visto fracasar miserablemente los proyectos que habían hecho para los hijos, quisieran resarcirse con los nietos. Pero, casi invariablemente, la muerte, piadosa, interviene y ahorra a los pobres viejos una segunda desilusión." (Giovanni Guareschi, escritor).



Giovanni Guareschi es el padre de Don Camilo y Pepone, dos personajes italianos de la mitad del siglo XX que disputaban sus ideas politicas en una pequeña localidad de la "Bassa".

Pero Guareschi es algo más que Don Camilo. Guareschi es ese amigo que nos abre las puertas de su casa y que nos dice, muy serio, mientras disfruta de un plato de tocino con polenta y un vaso de un buen y duro vino italiano, que “en la vida de todo hombre llega un día en que hay un extraño”, y ese extraño es su hijo, de apenas siete años que empieza a observarle, no ya como padre, sino como modelo de hombre al que parecerse... o no. 

Sus relatos familiares (Vida en Familia; Los del Terruño; Los maridos en la escuela) son retratos, mensajes que, nos hubiera gustado, casi, emular. Retratos de una forma de vida cotidiana hoy, para bien o para mal, desaparecida, y mensajes de entereza y honradez de convicciones que le llevaron, más de una vez, a disfrutar de vacaciones pagadas a costa del Estado Italiano en una u otra de sus cárceles, negándose siempre a pedir el indulto (que hubiese conseguido dada su fama) por estar convencido de la razón y justicia de las afirmaciones que le llevaron a tan incómodo balneario.