Todas las sociedades se basan en leyes para proteger a las mujeres gestantes y a los niños pequeños. Todo lo demás es añadidura, excrecencia, adorno, lujo o necedad que puede —y debe— desecharse en situaciones de emergencia para preservar la función primordial. Dado que la supervivencia de la raza es la única ética universal no hay otra base posible. El intento de idear una "sociedad perfecta" sobre una base que no sea la de "¡Las mujeres y los niños primero!" es, además de necio, automáticamente genocida. Sin embargo, los idealistas visionarios (todos ellos varones) lo han intentado sin descanso..., y sin duda seguirán intentándolo.
miércoles, 24 de marzo de 2010
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