Cielo”, “vida mía”, “corasón”, “chinchilla”, “fricandó”… Éstas son sólo algunas de las palabras cariñosas que José ha estado dedicando a Carmen, su esposa, durante más de dos décadas de matrimonio, sin que ella se lo haya agradecido jamás. El pasado jueves, José encontró a Carmen en la cama con hombre desconocido. “Estoy un poco molesto con este tema, así que creo que voy a dejar de ser tan cariñoso ella. No digo que vaya a dejar de llevarle el desayuno a la cama ni nada, pero se han acabado las palabras bonitas. Al menos por un tiempo”, explica. Al hacerlo, intenta enfatizar su enfado golpeando la mesa suavemente.
De hecho, Carmen no deja de recibir mensajes al móvil que rezan cosas como “Me estás destrozando la vida, zorra de Satán”. José, sin embargo, niega que esté siendo agresivo o maleducado cuando no está delante de su mujer: “Yo me atrevo a decirle lo que sea a la cara. Los mensajes esos son por la autocorrección del iPhone, tú a lo mejor quieres escribir algo más normal y el cacharro se pone a decir unas barbaridades que te dejan turuleta”. Llegados a este punto, José interrumpe la entrevista para ir a comprar compresas para su señora.
Via El mundo today
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