Cuentan las crónicas que en el año 1994, se celebró una competición de remo entre dos equipos; uno, compuesto por trabajadores de una empresa española, y el otro, por sus colegas de una empresa similar japonesa.
Se dio la salida y los remeros japoneses comenzaron a destacar y tomaron ventaja desde el primer momento. Llegaron a la meta y el equipo español lo hizo con una hora de retraso respecto de los nipones.
De vuelta a casa, la dirección de la empresa se reunió para analizar las causas de tan bochornosa actuación, y se llegó a la siguiente conclusión:
Se ha podido detectar que en el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros; mientras que en el equipo español había un remero y diez jefes, por lo que, para el año próximo se tomarán las medidas correctoras necesarias
En el año siguiente se celebra de nuevo la competición. Se da la salida, y una vez más el equipo japonés llega en primer lugar con dos horas de ventaja. Lo componían de nuevo un jefe de equipo y diez remeros. En tanto, el español después de las eficaces medidas tomadas el año anterior estuvo compuesto por un jefe de servicio, dos asesores de gerencia, siete jefes de sección y un remero. La conclusión era clara:
El remero es un incompetente
Para la competición del año 96, el equipo japonés se escapó nada más iniciarse la salida. La trainera española cuya tripulación ese año estaba compuesta por personal del departamento de nuevas tecnologías, llegó con cuatro horas de retraso. La reunión de alto nivel que tuvo lugar al finalizar la regata llegó a la conclusión de que :
El remero, además de incompetente, ni evoluciona ni se motiva
Este año el equipo japonés contó con su tripulación habitual-un jefe y diez remeros-el español, después de una auditoría externa, se decidió por una formación mucho más vanguardista, que la integraban: un jefe de servicio, tres jefes de sección (con plus de productividad) dos auditores y cuatro vigilantes jurados, que no quitaban ojo al único remero, al que habían amonestado y castigado, suprimiéndole todos los incentivos y pluses por el fracaso del año anterior.
Trás largas horas de reuniones, se acordó que en la regata para el próximo año, el remero será de una contrata de servicios externa, ya que, a partir de la vigésimo quinta milla marina se ha venido observando cierta dejadez en este remero de plantilla; dejadez que roza el pasotismo, en la línea de salida.
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