1. Caso Marta del Castillo
No hay cuerpo, y por lo tanto hay indicios pero no pruebas. La sentencia de la Audiencia de Sevilla tiene todos los ingredientes que cabe exigir a una sentencia justa: Adimite que no hay muchas pruebas y que las que hay no son absolutamente determinantes. Está segura de que Carcaño es culpable, pero no está muy segura de mucho más; : Y precisamente porque no lo está aplica con honestidad intelectual y rigor jurídico el principio de la presunción de inocencia. Es decir, todos estamos casi seguros de que Miguel no es el único culpable. Pero hay un “casi”, y no se puede probar nada más que Miguel asesinó a Marta y fue encubierto por el Cuco. Por eso han sido absueltos Javier Delgado, Samuel Benítez y María García: Porque no es posible demostrar fehacientemente su culpabilidad.
Miguel Carcaño, en ausencia de un cuerpo, y teniendo que admitir la versión de que asesinó a Marta en un arrebato de ira golpeándola con un cenicero ( porque no se puede probar ninguna otra) ha sido condenado a 20 años.
2. Caso Nagore Laffage
Jose Diego Yllanes asesinó en Pamplona a Nagore Laffage. El cuerpo fue hallado. El cuerpo presentaba numerosas señales de violencia. Se le había amputado el dedo índice, en principio para que no se le pudiera identificar por la huella dactilar. El cuerpo estaba envuelto en bolsas de basura liadas con cinta aislante. Había sido abandonado en un lugar conocido por la presencia de buitres, con la esperanza de que las aves carroñeras acabaran con él. La ropa de la chica estaba destrozada. El asesino había limpiado con escrupuloso celo el lugar del crimen. Había una llamada de la víctima al 012 que quedó registrada. La víctima, a punto de fallecer, solo puede decir : “ Me va a matar”
El asesino confesa solo después de que se haya hallado el cuerpo y restos del ADN de Nagore en su casa. Y tras que se confirme que la llamada que hizo Nagore al 012 la hizo desde el teléfono del asesino. Para colmo, una cámara de una entidad bancaria que filmaba la calle ha registrado imágenes de José Diego y Nagore. Es decir, en este caso hay pruebas, hay cuerpo, hay signos evidentes de violencia, está la llamada de la víctima, la ropa destrozada, el burdo pero meticuloso intento de eliminar pruebas, la evidencia de que el asesino sabía lo que hacía y mantuvo la sangre fría para deshacerse del cuerpo.
Pasando por alto las pruebas presentadas por la policía foral y los médicos forenses y las declaraciones de los testigos un jurado popular dio crédito únicamente a la versión de Jose Diego Yllanes y consideró que su muerte no había sido un asesinato sino un homicidio con atenuantes.
3. Carcaño se lleva 20 años de sentencia .
Jose Diego Yllanes se llevó doce años y medio.
4. ¿ Por qué esta diferencia ?
Miguel Carcaño es huérfano.
Jose Diego Yllanes es hijo de una ilustre familia de Pamplona, fue defendido por uno de los mejores penalistas de Navarra y su familia son supernumerarios del Opus Dei.
Si manifestáis vuestra repulsa en el caso Marta del Castillo, exigid también una revisión del caso Nagore Laffage.
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1 comentario:
1. Partimos de que el actual sistema es garantista
2. me suda la porra el caso "Nagore Laffage" ese.
Según esa regla de tres no podríamos criticar nada, siempre habría algún precedente para todo.
pobretico el Carcaño que es huerfanito..
al pobretico huérfanito le tendrían que haber caído 1.000 años y, posiblemente, al Yllanes ese otros 1.000, peeeeero el "Jurado Popular" (no sé qué tiene que ver aquí el Opus Dei) consideró que era un Homicidio y no un Asesinato.
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