jueves, 5 de noviembre de 2009

Hotel Vagina

Nadie hace el blog de "Harrogancia judicial", por lo que nadie ha escrito este interesante relato.

[ Hotel Vagina ] :
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El curso va dirigido a semidioses de todas las categorías, así como a aquellos que crean serlo. Se desarrollará en dos sesiones, de mañana y tarde. La entrega de documentación tendrá lugar en el aula. El número de aula se hará constar en el tablón de anuncios. El lugar donde está el tablón de anuncios se comunicará individual y oportunamente. Reservado el derecho de admisión. Propiedad particular. Avisamos grúa.
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Otro año más. Desayuno continental. Inutilidad elemental. Placer gris. Falta de necesidades. Hastío recurrente. Hotel Vagina.
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RECEPCIONISTA.- Hola
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CLIENTE.- Hola .Tengo una reserva a mi nombre. Soy fulano de tal. Y soy un semidiós. Vengo al curso para semidioses.
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RECEPCIONISTA.- Déjeme su documento.
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CLIENTE.- Ah, sí. Cómo no (se lo pone encima del mostrador)
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RECEPCIONISTA.- A ver (pasa el dedo por una lista marraneada, primero verticalmente, después horizontalmente, recorriendo un nombre: el nombre)…sí, aquí está (lo tacha en color estridente y se agacha para surgir muy rápido)…aquí tiene la llave, su habitación es la 404.
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Se queda mirando la llave y habla con lentitud
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CLIENTE.- Gracias.
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Sube con la maleta a la habitación. La pone de pie frente a la puerta e introduce la llave. La puerta se abre un poco y el cliente entra, tirando del bulto. Echa un vistazo al cuarto y, cuando se vuelca sobre el equipaje suena la cadena del váter. Es claramente la del baño de su habitación. Paralizado, contempla cómo sale del wc una figura ajustándose los pantalones. Es su propia imagen: él mismo, tal como se ve en los espejos, y con la misma ropa que ahora viste. Fulano observa cómo la aparición, con su misma mano, le hace un gesto para que se siente en la única silla, y cómo con un dedo de la otra cruza los labios para que no diga nada. Fulano obedece. La aparición se tumba en la cama, cruza las piernas y las manos tras la cabeza. Habla mirando al techo blanco.
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APARICIÓN.- Ante todo quiero convencerte de que no soy ninguna alucinación. Soy tú mismo, pero hace una hora. Desde tu punto de vista, tú mismo dentro de una hora. Cuando llegue el momento, irás al baño y, cuando salgas, con toda probabilidad, te encontrarás a ti mismo empezando a deshacer la maleta.
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FULANO.- No me lo puedo creer…
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APARICIÓN.- No le des vueltas: me ha ocurrido ya una vez y quiero terminar con esto. Supongo que tú también. Llegué como tú has llegado al cuarto, saliste del servicio y estuvimos charlando hasta que me fui al baño. Ignoro lo que debió de ocurrir en la habitación, pero al salir te encontré recién llegado, abriendo el equipaje.
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FULANO.- ¿No escuchaste nada raro, que “me” pasara nada raro? No recuerdo nada, lógicamente: acabo de llegar…
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Fulano valoró en un momento varias posibilidades: la de que se tratara de una alucinación le parecía de fiar. No quiso romperla, estaba disfrutándola. Era lo más interesante que le había ocurrido jamás, aparte de nacer, si es que era necesario traer a la memoria el evento culpable de esa broma pesada llamada realidad. Por otro lado, al verse tumbado en la cama, hablando con seguridad y decisión ante una situación nueva del todo, se gustaba. Se caía bien, si así era merecía la pena seguir con aquello. Pero no se consideraba tan valiente. Sentía miedo, sobre todo miedo de que eso fuera pura verdad; ante ello, siempre podía matar al otro, o suicidarse arrojándose por la ventana, al fin y al cabo era una cuarta planta. Huir, abrir la puerta de la habitación y no volver.
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APARICIÓN.- Fue en esa ocasión cuando me tocaba ir a orinar; ahora te toca a ti. Propongo que vayas y esperemos acontecimientos. Con un poco de suerte me desintegraré o algo parecido, fundiéndome de algún modo contigo, y todo esto quedará en un curioso recuerdo interior. Y si todo sale igual, nos volveremos a encontrar, pero esta vez espero enterarme de qué te pasó mientras yo orinaba: en el peor de los casos esta prueba nos permitirá sacar alguna conclusión para intentar otra cosa.
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FULANO.- Vale. Pero ¿no es más sencillo salir de la habitación que ir al baño? ¿ o…?
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APARICIÓN.- (interrumpiendo) Sé que has pensado en matarme, en matarte, tirarme por la ventana, largarte corriendo, etc. También lo pensé yo la primera vez: hazme caso, vamos a darnos una oportunidad de poner algo de orden, de averiguar qué es todo esto. Los dos sabemos que el curso para semidioses es un inútil fraude, una coartada para hedonistas de segunda fila. Pero no podemos estar así toda la vida ¿Conforme?
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FULANO.- (apoya ambas manos en sus rodillas y se levanta resoplando) Conforme. Por cierto, me estoy meando. Si no te importa…
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APARICIÓN.- El interruptor de la luz está dentro. No sé si ha sido un placer o no…sólo espero que no nos volvamos a ver.
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FULANO.- (ya de espaldas) Lo mismo te digo.
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Y Fulano entró en el cuarto de baño.


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